Progreso

     Yo no comparto, lector,
que todo tiempo pasado
deba ser considerado,
sólo por serlo, mejor.
     Pero hay cosas del ayer
que la técnica y progreso,
las van cambiando en exceso
y hasta se pueden perder.
     Que esto es cierto y no es falacia,
fábula, trola o error,
se ve en la caza mayor
por ejemplo o verbigracia.
     Y es que montear en España
ha cambiado en tal manera
que hoy se parece a lo que era
como un huevo a una castaña
     No intenta, pretende u osa
sostener aquí el autor
que hoy sea mejor o sea peor;
pero sí que es otra cosa.
     En manchas estoy pensando,
que había que cerrar de noche
sin que nadie fuera en coche
salvo en el de San Fernando.
    Y escalando panderones  
de un veinte o treinta por ciento,
sobre un mulo o un jumento,
o andando, con dos coeso.
      O en solo escopeta usar,
lo que obliga las más veces
a dejar cumplir las reses,
y eso es cazar, no matar.
     Hoy se usa en vez de escopeta
lanza-misiles con mira
y a cualquier res se le tira
aunque esté en la gran puñeta.
     Y, de andar, ni una mijilla,
pues, bien sea propio o ajeno,
te lleva un todo terreno
hasta la misma tablilla.
     Luego, en el puesto, un sillón
en lugar de un catrecillo
y, si hace frío, en el bolsillo
calentador de carbón.
     Todo es por comodidad,
vagancia o sibaritismo,
que al fin y al cabo es lo mismo:
o sea nuestra identidad.
     (Lo sabe hasta el más mastuerzo
que aquí, desde Vigo a Gata,
la Ley que mejor se acata
es la del mínimo esfuerzo).
     Digo yo, lector ignoto
y admirador de este vate,
que a tal molicie y dislate
habría que ponerle coto.
     O nos damos el trabajo
de ponérselo, o calculo
que lo nuestro va de culo, 
sin frenos y cuesta abajo.
     Temo que nuestra afición
en un próximo futuro
ya no sea un deporte puro
sino un juego de salón.
     Y sé que, antes o después,
verán nuestros herederos
a sus coetáneos monteros
monteando por Internet.
     E incluso habrá un abusón
que, aunque parezca mentira,
llegue a ponerle una mira
telescópica al ratón.